Ygrámul el múltiple
En medio de un profundo y tenebroso abismo, colgaba una gran telaraña, pegajosa como la miel y gruesa como las cuerdas. Entre ese gran telar de hilos de color hueso, se retorcía con dificultad, enredándose cada vez más con cada movimiento desesperado que hacía, un hermoso dragón,con una cabeza como la de un león, con escamas color nácar que brillaban delicadamente rosa y blanco en su largo cuerpo, aunque se encontrara rodeado de tinieblas. Era un dragón de la suerte; los dragones de la suerte se diferencian de los corrientes y burdos dragones míticos, en que son, hermosos y elegantes, hablan una hermosa voz que es similar al calmante repicar de una campana, pelaje blanco como la nieve, bigotes largos y blanquecinos, ojos rojos escarlata y que a pesar de su enorme longitud se mueve libremente por el cielo como una pequeña nube, gracias a su contradictorio y liviano peso, su contraparte surreal por otro lado, son como lagartos gigantes que escupen fuego, son bestias fétidas con feas