Recuerdos/Historias/Anécdotas/Disparates
* Cuando estaba camino a el torneo me puse a pensar en que nunca tuve
amigos, nada, siempre evité relacionarme de manera cercana con los
demás, claro tenía colegas, pero no amigos, no confiaban del todo en mí,
y yo tampoco en ellos, nunca me tenían en cuenta para nada y yo a
ellos, aveces, ni los estimaba, para mí sólo fueron pasajero de mi
estúpida vida que en algún momento se bajaron en la estación de la vida,
nunca pensé en tener amigos realmente, hasta que un día un pequeño
gorrión me visitó día tras día luego de que le diera una ayuda al ver
que un gato se lo iba a merendar.
El pájaro me traía ramas, insectos y aveces pelaje de animales (que por cierto nunca supe de dónde sacó esto último)
* Un tiempo después de abandonar mi casa, vi una familia feliz de aves (supuse que era una familia y feliz) y me hizo recordar cuando mi padre estaba, aunque no lo recuerdo bien, sé que era imponente, amable y leal, mi madre no estaba obsesionada con gastar dinero, mi hermano no era tan odioso, éramos una familia feliz, un día mi padre simplemente se fue, me dejó con mi madre que cayó en depresión, como si no hubiéra recibido la noticia de que mi padre se tenía que marchar, fue tan repentino, desde ese día todo cambió.
* De las pocas cosas que aprecio de mi madre fue que me enseñó a vivir con la naturaleza, nunca fui bueno en eso, pero me enseñó, cuando me perdía en el bosque o algún lugar similar siempre regresaba, no ileso pero lo hacía, mi madre un día tomó cartas en el asunto porque descubrió que unos niños siempre me perseguían y por escapar siempre resultaba en lugares lejanos. Me enseñó como responder a ese tipo de abusos y que cuando no fuéra capaz de enfrentarlos huyera y sobreviviera como pudier en lo salvaje, después de un tiempo se cansaron de que siempre huyera a un bosque cercano y cuando se adentraban en mi busqueda, los recibía con piedras y trampas, como si intentara cazarlos, los veía como mi indefensa presa. Le agradezco a ella por enseñarme a defenderme
* Una chica que solía persegurime sin perder mi rastro por todo el muelle, tejados, árboles, etc. Fue lo más cercano a un amigo que tuve, porque siempre sabía qué quería y lo que no, lo que me gustaba y lo que detestaba, todo eso ¡sin yo decírselo!. Era una acosadora total pero... me hacía sentir importante, querido, aveces incluso pasábamos todo en una llanura, (generalmente cuando no quería seguir con los entrenamientos de mi madre) sin hablarnos, en silencio, sólo nosotros dos frente al todo de la vida.
Platicábamos realmente muy poco pero cuando me dirigía la palabra con su tímida y tenue voz me sentía en calma total, era un escape realmente relajante de mi madre y mi hermano.
El pájaro me traía ramas, insectos y aveces pelaje de animales (que por cierto nunca supe de dónde sacó esto último)
* Un tiempo después de abandonar mi casa, vi una familia feliz de aves (supuse que era una familia y feliz) y me hizo recordar cuando mi padre estaba, aunque no lo recuerdo bien, sé que era imponente, amable y leal, mi madre no estaba obsesionada con gastar dinero, mi hermano no era tan odioso, éramos una familia feliz, un día mi padre simplemente se fue, me dejó con mi madre que cayó en depresión, como si no hubiéra recibido la noticia de que mi padre se tenía que marchar, fue tan repentino, desde ese día todo cambió.
* De las pocas cosas que aprecio de mi madre fue que me enseñó a vivir con la naturaleza, nunca fui bueno en eso, pero me enseñó, cuando me perdía en el bosque o algún lugar similar siempre regresaba, no ileso pero lo hacía, mi madre un día tomó cartas en el asunto porque descubrió que unos niños siempre me perseguían y por escapar siempre resultaba en lugares lejanos. Me enseñó como responder a ese tipo de abusos y que cuando no fuéra capaz de enfrentarlos huyera y sobreviviera como pudier en lo salvaje, después de un tiempo se cansaron de que siempre huyera a un bosque cercano y cuando se adentraban en mi busqueda, los recibía con piedras y trampas, como si intentara cazarlos, los veía como mi indefensa presa. Le agradezco a ella por enseñarme a defenderme
* Una chica que solía persegurime sin perder mi rastro por todo el muelle, tejados, árboles, etc. Fue lo más cercano a un amigo que tuve, porque siempre sabía qué quería y lo que no, lo que me gustaba y lo que detestaba, todo eso ¡sin yo decírselo!. Era una acosadora total pero... me hacía sentir importante, querido, aveces incluso pasábamos todo en una llanura, (generalmente cuando no quería seguir con los entrenamientos de mi madre) sin hablarnos, en silencio, sólo nosotros dos frente al todo de la vida.
Platicábamos realmente muy poco pero cuando me dirigía la palabra con su tímida y tenue voz me sentía en calma total, era un escape realmente relajante de mi madre y mi hermano.
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